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Ciclismo: beneficios y la rodilla del ciclista

Venimos escribiendo diferentes posts sobre las rodillas, sus cuidados, y prevención de posibles lesiones a la hora de practicar un deporte: senderismo, deportes de invierno, o  correr, son algunos ejemplos. En el artículo de hoy vamos a centrarnos en otro deporte que nos encanta practicar, el ciclismo.

Beneficios de practicar ciclismo

Ser un amante de las dos ruedas tiene numerosos beneficios. Si bien es cierto que en nuestro blog siempre os hablamos de los riesgos, con la intención de prevenirlos o en su caso, tratarlos, no por ello, como apasionados de los deportes, creemos que su práctica responsable tiene muchas y valiosas ventajas sobre nuestra salud y bienestar.

Algunos de estos beneficios de practicar ciclismo son:

  1. Ayuda a estar en forma:  Montar en bici te ayuda a estar en forma, es una de las actividades más completas y ayuda a prevenir dolores de espalda, proteger articulaciones y mejorar el sistema circulatorio e inmunológico.
  2. Mejora el corazón y el sistema cardiovascular: Pedalear de forma regular reduce el riesgo de infarto un 50%. El ritmo cardíaco máximo aumenta y la presión arterial disminuye, es decir, el corazón trabaja economizando. El colesterol LDL “malo” se reduce y como consecuencia los vasos sanguíneo tienen menos posibilidad de calcificarse. Al mismo tiempo, aumenta el colesterol “bueno” o HDL, lo que ayuda a que los vasos sanguíneos se conserven flexibles y saludables.
  3. Previene el dolor de espalda: La espalda también se beneficia de este deporte. Muchos dolores de espalda vienen de la inactividad, además, la falta de ejercicio hace que la musculatura se vaya atrofiando, lo que disminuye su función de “muelle”. En la bici, el torso está ligeramente inclinado adelante, y la musculatura de la espalda está bajo tensión, lo que la obliga a estabilizar el tronco. La postura mantiene la columna vertebral protegida de vibraciones y golpes. Los movimientos regulares de las piernas fortalecen la zona lumbar y previenen la aparición de hernias discales. Otros beneficios que al montar en bicicleta son el estímulo de los músculos de las vértebras dorsales, al hacer que constantemente se compriman y extiendan con el pedaleo.
  4. Protege las articulaciones, en especial, las rodillas: Aunque pueda parecer una contradicción con lo que vas a leer más abajo, no lo es. Bien es cierto que esta es la articulación que más se resiente en este deporte, porque es la que más trabaja, pero al mismo tiempo, a diferencia de otras actividades en las que hay golpeo, como los saltos o la carrera a pie, con la bicicleta las rodillas están más protegidas, ya que del 70 al 80% del peso del cuerpo gravita sobre el sillín, y ni las articulaciones ni los cartílagos soportan cargas elevadas (siendo la articulación que más carga soporta). Quienes protegen sus articulaciones montando en bicicleta regularmente, previenen con ello el riesgo de enfermar de artrosis. También se aconseja la práctica del pedaleo en numerosos tratamientos rehabilitadores articulares, especialmente de rodilla, ya que es un ejercicio libre de impactos, muy limpio en su ejecución, y nada dañino para elementos articulares tales como meniscos, cartílagos, ligamentos, etc.
  5. Favorece el sistema inmunológico: A los enfermos de cáncer y SIDA se les recomienda montar el bici, ¿la razón? que los fagocitos del organismo se movilizan para actuar contra las bacterias y células cancerígenas gracias al pedaleo, por lo que es un buen remedio para ahuyentar infecciones y alejar el cáncer. Esto sí, los esfuerzos moderados refuerzan tu sistema inmune, los de intensidad máxima lo debilitan.
  6. Mejora el estado de ánimo: Al montar en bicicleta, el cerebro se oxigena más y el cuerpo segrega endorfinas, que nos hacen sentir mejor. Está comprobado que los que montan en bicicleta regularmente sufren menos enfermedades psicológicas y depresiones. Montar en bicicleta y pedalear es uno de los mejores antidepresivos naturales que existen.

La rodilla del ciclista

Durante el pedaleo, la rodilla es una de las articulaciones que más se fuerza al ser la que más carga de trabajo realiza, como hemos mencionado anteriormente.

En el arco que realiza se da un movimiento de flexión y extensión de la rodilla al pedalear y al mismo tiempo se produce una rotación entre la tibia y el fémur.

Cuando el pedal se encuentra abajo en ángulo de flexión de la rodilla es de 10º-15º; cuando el pedal se encuentra arriba este ángulo pasa a ser de 110º-115º. Estos movimientos repetitivos de flexión – extensión y vuelta a la flexión – extensión, pueden producir desgaste y dolor en dicha articulación.

Además, cuando la rodilla está en completa extensión, la tibia se encuentra en rotación externa de unos 17º respecto al fémur. Según vamos flexionando la rodilla, esta rotación se va corrigiendo hasta llegar a los 30º en que se neutraliza.

Aún así, en numerosas ocasiones, los problemas de rodilla, vienen derivados por elementos externos ajenos a la propia articulación. Es decir, no es un problema de diseño articular el provoca molestias o dolores sino otros elementos externos como:

En un post posterior os hablaremos de la tendinitis rotuliana, principal lesión del pedaleo, pero de momento, os recomendamos a modo de prevención evitar usar desarrollos muy duros si queréis conservar sanas las rodillas, e intentar que la cadencia de pedaleo no baje de las 70 rpm en ningún momento.

Para más información o si tienes alguna consulta relacionada con una lesión de rodilla, no dudes en ponerte en contacto con nuestro equipo de profesionales en artrosport.